Soltar el Control: Por qué tu Comunidad debe ser imperfecta para ser perfecta
Desafiemos la idea de una Comunidad Utópica
Hola! Soy Ren, Co-Founder de MUTUO. Hoy escribo desde un lugar muy honesto, y muy real. Pues el buscar la perfección en mis comunidades me ha llevado a paralizarme (y luego arrepentirme por paralizarme). Decidí cambiar el post de hoy para compartir con ustedes algo que me tuve que recordar hoy: haz espacio para la imperfección.
Como líderes de comunidad, sin duda caemos alguna vez en la trampa de la Comunidad utópica o la “comunidad perfecta”. Es una trampa que nos creamos solitos. Buscamos la definición impecable, que nuestra comunidad sea ese modelo armonioso donde todos los miembros están súper conectados, comprometidos y felices.
Intelectualmente, definir la “comunidad real o ideal” puede ser un ejercicio fascinante, como un rompecabezas que podríamos resolver. Pero en la práctica, ésta búsqueda de la perfección es una forma de juicio honestamente inútil y potencialmente dañina para tus miembros. Siempre lo repetimos en MUTUO: las comunidades no son diagramas de flujo, son ecosistemas vivos.
La naturaleza de algo humano es desordenado
Todos aquí hemos construido o formado parte de una comunidad. Y así sabemos que la armonía nunca está exenta de problemas. Las comunidades, al igual que los seres humanos que las integran, son intrínsecamente desordenadas:
Se olvidan cosas, se ignoran mensajes, se pierde el hilo.
Hay dramas, grupitos y conflictos naturales de la interacción humana.
El poder y la participación rara vez se distribuyen de manera equitativa. Siempre habrá quienes tienen y quienes no tienen; quienes están dentro y quienes están fuera.
Simplemente, no existe la comunidad utópica. Como bien se sabe, la aceptación es el primer paso para liderar con sabiduría. El deseo de imponer una visión homogénea y de perfección es la forma más rápida de sofocar la vitalidad del grupo, y de quemarte tú como líder.
Soltar y ser el guardián de los espacios
Piensa en tu comunidad como un adolescente. Tiene su propia personalidad, sus propios intereses que cambian constantemente y su propia jerarquía interna. Quiere que lo dejes ser lo que es y que siga lo que se siente relevante en ese momento.
Ninguna comunidad es una sola cosa o de una sola manera. En algunas partes, las personas pueden estar profundamente conectadas, formando nichos de mayor intimidad. En otras, las personas están menos conectadas, actuando como observadores o consumidores pasivos.
Como líder, tu trabajo no es controlar cada interacción, sino nutrir las condiciones para que la vida emerja, incluso con su desorden inherente. Soltar el control y aceptar la imperfección es lo que permite que tu comunidad se convierta en su propia cosa, en algo imperfecto para la utopía, pero perfecto y significativo para sus miembros. Es en ese espacio de desorden aceptado donde reside la verdadera resiliencia y la magia de la conexión humana.
No seas muy duro contigo mismo, obsérvate y escucha a tu comunidad 🫶🏼.


