Últimamente he tocado este tema en muchas conversaciones y continúa saliendo y saliendo. Y puedo entender de dónde viene la confusión, pero no tener claridad puede afectar de manera importante el éxito de tus operaciones y por ende, tu producto.
Para mí y las organizaciones en las que trabajé cuando empezaba mi carrera como Community Lead, a veces la línea no estaba clara. Y nos movíamos tan rápido (startup life) que nadie se paraba a definir qué cosas eran de Membresía (operativas) y qué cosas eran de Comunidad (conexión humana). Sobra decir que todo se entorpecía x 10, y los miembros lo notaban.
Incluso recuerdo cuando hacía un pitch de ventas, yo utilizaba los términos "membresía" y "comunidad" de manera casi intercambiable. ERROR!
No son sinónimos. Pero definitivamente viven en la misma zona. Una puede contener a la otra, pero sus fundamentos, expectativas y resultados son completamente diferentes. Entender esta distinción es clave para construir algo valioso (tangible y emocionalmente) y duradero, ya sea para una marca, un colectivo o un movimiento.
Membresía: Un Checklist de Expectativas
Viéndolo de una manera fría (porque sus websites te dirían algo más) una membresía se basa en un modelo transaccional. Y no tiene nada de malo, es un GRAN modelo de negocio – que también puede entrar dentro de las comunidades. Pero es, básicamente, un acuerdo donde el miembro paga, y obtiene acceso a un conjunto de beneficios, recursos o contenido exclusivo. Piensa en ella como un checklist: "Si me uno, obtengo X, Y y Z". El valor reside en lo que se ofrece y se recibe de manera estructurada. Es muy claro, es tangible, lo explicas a tus amigos en 1 minuto.
Características de la membresía:
Estructura y beneficios: Proporciona un conjunto claro de recursos, contenido exclusivo y/o ventajas diseñadas para un interés o meta específica. El ejemplo de Soho House es brillante en esto, creando una oferta de alto nivel tan consistente y única que todos aspiran a ser parte de ella. Soho es una membresía, que muchos confunden por Comunidad.
Propósito: Se centra en guiar, en proveer un espacio o recursos. El objetivo es ofrecer herramientas y conocimientos que el miembro puede usar para su desarrollo, facilidad, obtener accesos exclusivos.
Interacciones: Las interacciones giran principalmente en torno al consumo de contenido (acceso a artículos, cursos, eventos) y la interacción directa con la marca, o con el espacio. De nuevo, es una interacción transaccional, las expectativas son muy claras.
Comunidad: Un Nivel de Conexión Humana
La comunidad, por otro lado, no se puede comprar. Se construye. Se trata de la conexión humana, el apoyo mutuo y el sentido de pertenencia entre personas con intereses, valores o propósitos compartidos. Es mucho más sutil que un simple checklist y su valor no reside en una oferta predefinida, sino en la interacción y el cuidado entre sus miembros.
Es tal vez menos claro, el valor muchas veces es incalculable, y cuando lo explicas a tus amigos hay un “tendrías que vivirlo tú”.
Características de la comunidad:
Estructura y soporte: Se enfoca en fomentar conexiones y un sentido de pertenencia. La estructura no es tan rígida; más bien, el valor surge de las experiencias, los conocimientos y el apoyo que los miembros comparten entre sí.
Propósito: Busca crear una red de apoyo social donde las personas puedan encontrar ánimo, empatía y un propósito compartido. Se catacteriza por la preocupación genuina de los miembros por los otros miembros (mutual concern). Una comunidad acompaña a una persona en un proceso de transformación, de moverse de A a B, tan pequeño o simple como pueda ser.
Interacciones: Las interacciones son fluidas y orgánicas. No se limitan al consumo, sino que incluyen discusiones, colaboración y relaciones que se extienden más allá del propósito inicial. Una comunidad se nutre de la participación de sus miembros, quienes activamente contribuyen a su dinámica y contenido.
El Verdadero Poder: Cuando una Membresía se convierte en Comunidad
El verdadero éxito, y lo que muchos negocios y colectivos buscan hoy en día, no es solo tener una membresía, sino cultivarla hasta que se convierta en una verdadera comunidad. El contenido y los beneficios pueden atraer a la gente (la membresía), pero son las conexiones, la confianza y el apoyo mutuo lo que hace que se queden (la comunidad).
Y aquí es donde los dos conceptos se encuentran: si bien la comunidad se basa en lazos humanos, la sostenibilidad de ese ecosistema a menudo requiere recursos. Una membresía puede ser una forma, más no la única, de monetizar una comunidad. A eso nos referimos con que una puede contener a la otra. La comunidad no está peleada con el dinero.
Si eres un líder que busca sostenibilidad en tu ecosistema, te invitamos a explorar otras formas de monetizar en nuestra guía estratégica.
Recuerda: la membresía es lo que ofreces, la comunidad es lo que construyes. Y es en esa construcción donde se encuentra el valor más profundo y duradero.